Llegar al Ibón de Estanés es una buena solución para días en los que no se disponga de mucho tiempo. La sencillez del camino y su buena señalización hace de esta corta ruta una opción muy agradable en cualquier época del año.
No obstante hay fechas invernales en las que este recorrido gana en belleza, al menos en mi opinión, y es en momentos posteriores a nevadas importantes. Respetaremos siempre los avisos de aludes. Aunque no es un recorrido de los que se consideren de riesgo, siempre hay que consultar en las diversas páginas Web y en esta zona el Centro Alurte informa con detalle.
En la fecha de la ascensión habían pasado unos días desde la última nevada y no había avisos. además las huellas de los raqueteros más inquietos permitían transitar con más comodidad, aunque al final optaríamos por salir del camino habitual para situarnos por encima del ibón.
Por supuesto en pleno invierno, el Ibón de Estanés estará siempre blanco.
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