Fecha: 11 de Febrero de 2.021
Ruta: Un paseo desde la pradera de Ordesa por el fondo del valle hasta las cascadas y el bosque de las hayas.
Accesos: Los habituales para llegar a Ordesa por Torla. Hasta el Puente de los Navarros la carretera estaba limpia de nieve, aunque quedaba algo en las cunetas. Desde el puente de los Navarros, hielo y nieve en la parte final.
Horarios: Tratándose de un paseo tampoco tiene mucha importancia. Además saqué bastantes fotos para el archivo. En total fueron cuatro horas tranquilas.
Desniveles: 300 metros en ascenso y en descenso para 10 km. de recorrido.
Dificultad: Baja.
Paro en Torla sobre las 08:00 horas y saco la reconocida foto de su iglesia y las paredes de Mondarruego.
Como he comentado antes carretera limpia hasta Puente de los Navarros. En la casa Oliván o de los forestales nieve en la calzada.
El aparcamiento cargado de nieve. Sólo había paso para rodar y tuve que aparcar bien pegado a un lateral para dejar paso. Calculo unos 40 cm. de altura de la nieve.
Imagen característica del Tozal del Mallo desde la Pradera. Hacía frío y me imaginaba que el sol en estas fechas no llegaría al fondo del valle.
Aunque hacia el Oeste ya iluminaba el Tozal de Comas.
La pradera solitaria y extraña. Sólo mi coche y el de los guardas de Góriz. A la vuelta habría tres coches más.
Tomo las raquetas y me dirijo hacia el Puente de los cazadores aprovechando una huella de raquetas.
Ordesa se presenta blanqueado y pálido.
Nuevamente hacia el Oeste ahora el Pico Otal. Por allí seguro que la mañana está más templada.
Tras cruzar el puente la señal indica el inicio de la senda de los cazadores, pero como ocurre todos los años está cerrada (cinta roja y blanca en la foto). Tomo hacia la izquierda por lo que sería sin nieve el recorrido adaptado para minusválidos.
Ambiente plenamente invernal. Ahora sigo una huella de botas pues la de raquetas se desvió tras el puente camino de Turieto y Torla.
Voy sacando fotos y disfrutando de la extraña soledad de Ordesa.
El lecho del río Arazas está sin agua, aunque aparecerá un poco más adelante.
Murallones de La Fraucata.
Nos aproximamos al Puente de Cotatuero y en un rellano vemos el conocido Circo del mismo nombre.
A la altura del Puente de Cotatuero podríamos continuar por esta orilla siguiendo una pista en dirección a la Cascada de Arripas, pero ese tramo es algo expuesto a caídas de nieve desde las Paredes de la Faja de Pelay, así que está también cortado con cintas.
Cruzo el puente para tomar a la derecha el camino general del valle.
Aguas arriba desde el puente.
Y aguas abajo.
Desde aquí una solitaria huella de esquís de reciente traza.
Así en una hora llego a la barandilla que permite ver la cascada de Arripas.
Cascada que casi se pierde en el enorme conjunto de Ordesa.
La pista y mis pasos siguen ascendiendo en varias revueltas. A pesar de que el invierno deja limpias de hojas las hayas no es fácil encontrar algún hueco por el que sacar algún detalle del Cañón de Ordesa.
Un ruido me sorprende a la derecha y puedo sacar una foto a un confiado sarrio que ramonea lo poco que puede. Alguna hoja de boj y no se inmuta con mi presencia.
Ventanas.
Alcanzo el cruce que lleva a la Cascada de la Cueva. Abandono la huella de esquís y trazo la mía de raquetas pues no hay huella hacia las cascadas.
En pocos metros dejaremos a la derecha la pista que vuelve a la Pradera por la orilla izquierda del río y que está cortada con cintas como en la zona baja. sigo los carteles a las cascadas.
La primera es la de La Cueva con cierta merma de agua como la de Arripas. Es normal pues no hay todavía deshielo. Una nueva visita en mayo nos dará vista al verdadero caudal de esa época del año.
Un poco de vuelta atrás para tomar la senda? que lleva a la cascada del Estrecho. El sendero no se ve pero se intuye con un poco de cuidado.
Un tramo en descenso nos lleva a la plataforma de visita a la cascada del Estrecho.
En verano podemos tomar una senda que desde la zona del Estrecho nos enlaza con el camino general del valle algo más arriba, pero sin huella y con nieve prefiero retornar por mis huellas al enlace que dejé anteriormente. Las conocidas huellas de esquís.
Un tramo pendiente de la pista me lleva a la zona alta de la Cascada del Estrecho.
En otra ventana las paredes del Gallinero.
Llego a una zona característica donde unas oquedades a la izquierda se combinan con unos muretes de obra a la derecha. En esta zona existen algunos desvíos para asomarse al río y a la zona alta de la cascada del Estrecho.
Descenso que a pesar de los escalones puedo trazar con las raquetas.
En el círculo amarillo la plataforma desde la que saqué a la cascada del Estrecho la foto personal.
De nuevo a la pista general. Voy viendo que el horario previsto se resiente. Avanzo por el bosque de las hayas y mi idea era llegar a las Gradas de Soaso.
La nieve es cada vez más profunda cuando alcanzo el refugio de circunstancias del bosque. Un poco más adelante y a la altura del cruce que llevaría por la Faja Canarelos doy vuelta.
No por ello sin disfrutar del pleno invierno en el valle.
Dar la vuelta un poco antes de lo previsto me permite algún entretenimiento con la fotografía.
He seguido el camino general y pasada la zona de la cascada de Arripas, el sol comienza a alumbrar algo el camino.
Cosa que se agradece y regulando el horario me "pierdo" por el terreno.
Cerca de la Pradera me cruzo con dos parejas de raquetistas. Alguna huella encontrarán.
Paso junto a la hornacina del Pilar que da desvía al sendero a Cotatuero.
Pero sigo con mi ruta de retorno pasando cerca del Puente de los Cazadores.
Con algunas fotos del final de la jornada.
Si bien tuve alguna zona soleada a la altura del desvío de Cotatuero, la llegada a la Pradera fue de total ausencia de sol con el frío bien notorio.
Foto saliendo del aparcamiento de la Pradera.
Camino de Torla paré en un par de lugares para fotografiar el Cañón de Ordesa.
La última en Torla para compararla con la sacada a las 08:00 de la mañana.
Termino esta salida algo turística por Ordesa. Me apetecía recorrerla con cierta soledad en invierno y aunque no terminé mi plan en las Gradas, resultó una mañana muy agradable.
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