Llevamos un verano caluroso y de escasa nubosidad. No obstante han quedado algunos días para romper con la monótona meteorología.
Hemos tenido en este mes de Agosto alguna noche de tormenta en los puertos, que se traduce en mañanas neblinosas a consecuencia de la humedad del agua dejada por esas tormentas.
Una mañana el Aspe se ha presentado con esas nieblas que dan a la montaña un aspecto que no llamaré ni fantasmal ni melancólico sino simplemente distinto.
Panorámica desde la cima del Aspe.
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