viernes, 8 de enero de 2016

Pico Collarada (2.886 m.) y Collaradeta (2.729 m.)

Fecha: 30 de Diciembre de 2.015

Ruta: Refugio de la Espata (1.650 m.)-Paso Abete (2.470 m.)- Collado de Ip (2.567 m.)- Collarada (2.886 m.)- Collado de Ip (2.567 m.)- Collado Collaradeta (2.673 m.)- Collaradeta (2.729 m.)- Collado Collaradeta- Paso Abete- Refugio de la Espata.

Accesos: Desde Villanúa tomar la conocida pista de Collarada. pista de tierra en mejor o peor estado según épocas del año. A los 1.200 metros en un cruce tomamos el ramal izquierdo que pasa por una barrera (permiso necesario). Seguir la pista durante unos 20 minutos hasta que en una curva a izquierda, veremos un pino característico con unos paneles y una mesa de merendero. Pararemos allí pues el Refugio se encuentra a escasos metros aunque en ese momento no lo veamos.

Horarios:    00:00 h. Iniciamos la marcha desde el aparcamiento.
                   00:20 h. Zona de pequeña trepa junto a una placa de recuerdo.
                   01:55 h. Paso Abete.
                   02:20 h. Collado de Ip.
                   03:15 h. Cima de Collarada. Parada y fotos.
                   03:40 h. Iniciamos el descenso.
                   04:15 h. Collado de Ip.
                   05:15 h. Cima de Collaradeta. Breve parada.
                   05:30 h. Inicio del descenso.
                   06:05 h. Paso Abete, parada y comida.
                   06:20 h. Reiniciamos el descenso.
                   07:25 h. Llegada al aparcamiento.

Desniveles: Acumulados en el recorrido 1.450 metros en ascenso y los mismos en descenso.

Dificultad: En invierno las condiciones del terreno condicionan mucho el grado de dificultad.
                  Este día encontramos, como ya sabíamos, poca nieve. Intermitente desde los 2.200 metros
                  hasta el Paso Abete desde donde fue continua, aunque en la pedrera final a Collarada
                  también aparecían las piedras.
                  Casquete cimero a Collarada con mediana dificultad con un tramo más vertical con nieve
                  y roca.
                  Desde el Collado de Collaradeta a Collaradeta colocamos crampones con piolet pues
                  esa ladera norteña, aunque es un tramo corto, estaba con nieve bastante dura.

Intensa jornada de montaña aprovechando una visita familiar desde Madrid. Foto de los dos objetivos del día en otras fechas más innivadas.
Ruta en amarillo con llegada a los dos picos y en azul el tramo de descenso hasta el paso Abete.

Llegamos a las 09:00 horas al aparcamiento que está junto al Refugio de la Espata. La pista continúa pero el permiso que saqué hace unos días no autoriza a pasar de este punto. Primera vez que solicito por internet el permiso y primera vez que me piden pagar. Cinco Euros. Los Ayuntamientos espabilan y los paganos a pagar.

Pertrechados también con piolet y crampones (a pesar de la escasez de nieve), partimos por la misma pista dejando a la derecha el Refugio de la Espata.

Apenas 150 metros después, salimos de esta pista principal a una trocha secundaria. En una piedra de este cruce veremos una marca verde-amarilla invitando a tomarla.

Terreno empinado, pero moderado. Nos movemos entre abetos y claros.

Mirando hacia atrás: a la izquierda el Pico de la Espata y a la derecha el Bacún Norte. Desde donde hemos dejado el coche, se puede acceder a los dos con bastante comodidad.

Llevamos unos 15 minutos y la trocha se va transformando en sendero no muy marcado pero que se sigue bien. Hay hitos. Tenemos que salvar un resalte rocoso y el sendero nos va llevando al punto adecuado.

Unos metros antes de la leve trepada por la que sobrepasaremos el resalte, paramos a quitar ropa. Al lado una placa de recuerdo de unos esquiadores navarros arrastrados hace no muchos años por un alud.


Tras la trepada, una cantalera empinada e incomoda que nos hará sudar.

Terminando el cantal una mirada hacia atrás.

Y otra hacia delante con una enorme loma verde que se hace más larga de lo que aparenta. Diseminados por la misma diversas hileras de hitos, pero sólo se trata de tirar hacia arriba.

La noche del 28 al 29 había caído una pequeña nevada y sobre la cota 2.200, comenzamos a pisarla. Capa fina de unos pocos centímetros que se enmarañaba con la hierba y las piedras. Mientras se asciende la loma verde indicada, no se ven ni Collarada ni Collaradeta, así que cuando finalmente aparecen ante nosotros, toca la foto correspondiente. Javier con Collarada.

La loma verde va perdiendo pendiente cuando tenemos a la vista el paso Abete entre las dos cimas.

Aprovechamos los neveros que a estas horas están bastante transitables y evitamos pasar por las rocas que con poca nieve suelen guardar trampas.


Ultimos metros para llegar al Paso Abete.

El paso Abete nos coloca en una planicie sobre la que caen las laderas del un pequeño circo (sin nombre), formado por los picos Collarada, el Fraile y Collaradeta. En la foto a ras de planicie no se aprecia demasiado. Señalo la ruta que tomamos hacia Collarada y que sigue (aproximadamente), el sendero de verano.

Según ganamos altura, el circo se puede apreciar mejor. A la izquierda las laderas de Collaradeta y a la derecha las de Collarada.

Evitamos, a base de remontar, un nevero en el que bajo la capita de nieve nueva persiste la dura y helada nieve de primeros de diciembre. No queremos poner los crampones, de momento. Foto llegando al Collado de Ip y nuestra ruta aproximada a seguir.

En el Collado de Ip, divisamos al Norte el Circo de Ip y abajo, semihelado, el ibón de su mismo nombre.

Seguimos remontando ahora por una ladera pedregosa en la que se intercalan manchas de nieve nueva. Nos da confianza no encontrar a esta altura nieve dura debajo de la nueva. Detrás el Collaradeta que negociaremos más tarde.


En esta pedrera que en verano se recorre por un sendero bastante reconocible, hoy también, parece que la nieve asentada en el mismo nos quiera indicar la ruta. Hasta la base del casquete somital, la ascensión, aunque dura, la hicimos sin problema alguno.

El tramo final del casquete, apenas 100 metros de desnivel, lo superamos con cierta desazón, pues la roca (ahora con más pendiente) se entremezclaba con la nieve. Optamos por ir aprovechando los tramos de roca más o menos limpia de nieve.

Con paciencia y prudencia superamos esos metros para, en un tramo final más suave, dirigirnos a hito de Collarada.

Día genial para unas grandes vistas.

 Cima de Collarada.

Y fotos. Javier con el Midi detrás.

Hacia Vignemale y Monte Perdido.

El Ibón de Ip y el Pirineo.

Algunos detalles con zoom hacia el Oeste.

Villanúa 2.000 metros más abajo.

Los primos.

Hacia el Oeste.

El Vignemale con zoom.

Balaitús.

Iniciamos el descenso después de una buena sesión de fotos. Optamos por seguir nuestras mismas huellas y evitar otras aventuras. Con paciencia pasamos este tramo empinado y delicado.

Bajando al Collado de Ip, se ven nuestras huellas en este tramo, el más incómodo de la ascensión.

De vez en cuando paramos para recrearnos con el paisaje que nos proporciona este bonito día.

Ya en la pedrera de bajada, algo más relajados.

Desde las proximidades del Collado de Ip, la trazada que seguiremos hacia Collaradeta. Se trata de no perder demasiada altura. En rojo la vuelta hacia el Paso Abete.

Fotografía en el Collado entre el Fraile y Collaradeta.  Justo detrás, Peña Nebera.

Y Javier con nuestra traza a Collarada.

Poco queda para llegar a Collaradeta, pero la orientación Norte de la pala que debemos pasar en diagonal, nos lleva a poner los crampones y sacar el piolet. Son pocos metros, pero no vale la pena arriesgar.

Nuestro recorrido desde el Collado de Ip.

Mirando desde aquí, parece complicado el ascenso a Collarada. No lo es tanto.

En la cima de Collaradeta, vista a Monte Perdido.

Javier en el hito cimero ajustando un crampón peleón.

Fotos rápidas, pues no habíamos comido, eran las 14:30 y hacia un vientecillo más bien frío.

Buscamos rápido el abrigo del paso Abete, donde esperamos que el aire no esté presente y el sol nos temple un poco.


No hemos visto a nadie en todo el día. En Collarada vimos huellas de, posiblemente, el día anterior. En Collaradeta, dejamos las primeras.


Tras ligero almuerzo, seguimos el descenso desde el Paso Abete. Aunque hacía sol, el horario iba haciendo que la temperatura fuera bajando.

En un momento, nos vimos sorprendidos por el vuelo de un gran buitre. Cuando se acercó en varias pasadas, comprobamos que no era buitre sino un quebrantahuesos. No es inusual ver alguno en esta zona de Collarada, la Espata o Bacunes.

La mancha negra en el pico son unas plumas "Gypaetus barbatus". Fijarse también en la forma de la cola.

Fácilmente distinguible del buitre común o leonado, pueden llegar a tener envergaduras  semejantes (el buitre algo mayor), pero el buitre tiene mayor peso. La foto es de un buitre común.

Después de este rato de distracción, dirigimos la última mirada hacia nuestras montañas ascendidas y tomamos decidido camino hacia la civilización.


Antes pasaremos por la incómoda pedrera de la mañana.

Y por el destrepe del resalte rocoso.

Y finalmente vamos llegando con satisfacción al aparcamiento solitario. Las piernas cansadas, pero el ánimo pleno. ¡ Qué bonito día de montaña!.



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