domingo, 8 de febrero de 2015

De raquetas entre el llano y el bosque

No quisiera pasarme de pesado, pero las condiciones que estos días nos presenta la montaña nos invitan al sosiego y al paseo por el entorno más conocido.
Como nos encontramos con nieve hasta las orejas, hasta los más cómodos recorridos se nos antojan inéditos y placenteros.
El otro día recibí unas fotos de mis buenos amigos Pepe y Manuel sacadas en un recorrido con raquetas por los pueblos del llamado Campo de Jaca. No pude estar con el grupo ese día.
Al día siguiente quise revisar el estado del sendero que une Barós con el Parador de Oroel, punto de partida a la afamada cima jacetana.
Los contrastes entre en estos días entre el llano y el bosque son extremos.


Llamamos Campo de Jaca al terreno aluvial que en forma de gran planicie al Norte del río Aragón. Numerosos pueblos encontraremos en ese entorno. Lugar perfecto para disfrutar de las raquetas a la puerta de casa.

Pepe y Manuel me han pasado las fotos de este recorrido.

Recorrido fácil por el escaso desnivel y agradable con el sol de esos días.

Lo bueno es que se pueden evitar los caminos y  se puede discurrir por el medio de los campos que en épocas sin nieve "cuesta" por pensar que se hace daño a los cultivos.


¡Por aquí!, pues por aquí.


La dirección lleva a la pequeña localidad de Abay.

La Peña Oroel.

San Andrés de Abay. Iglesia románica restaurada.


Parada de rigor. Se aprovecha una buena pared de solana. Antiguas escuelas de Abay.

El retorno por pista cubierta de nieve.


Se llega al crucero de Abay.

El Camino de Santiago discurre en esta zona a caballo del río Aragón. El ramal Norte, donde se encuentra este crucero, es en la actualidad muy poco transitada.



Retorno hacia Jaca.


Ya en Jaca, la Ciudadela o Castillo de San Pedro.

No pude acompañar a mis colegas Turbodiésel ese día, así que en la tarde del día siguiente, con gran pereza, abandoné mi nidito de halcones, para investigar el estado del camino que lleva por bosque hacia el Parador de Oroel, punto de inicio de una de las rutas más transitadas en la zona.

No esperaba encontrar en camino pisado, pero algún grupo raquetero me había pisado el recorrido, con lo que la tarde fue más llevadera.


El bosque espectacular. Con tanta nieve y días de mucho viento esperaba encontrarme más de un obstáculo.


Pronto aparecieron. Los pinos se caen.

Por momentos el entorno es idílico.


Arriba la Cruz de Oroel.

Pero pronto y según seguimos por el bosque, los obstáculos se cruzan en la limpia y conocida senda.



Los cruces escondidos

Se llega a la Pista asfaltada que recorre por el Norte la Peña Oroel. Si seguimos la pista, se llega en 10 minutos al Parador de Oroel (restaurante). Los árboles cruzan la pista.


Incluso el que albergaba la señal de recorrido está en el suelo.

Decido retornar tras 1h30m. pensando que cualquier recorrido por bosque se encontrará con enormes dificultades por los destrozos y caídas de árboles que cortan los senderos.

Qué diferencia entre disfrutar de los llanos o complicarse por los bosques. Aprovecharemos los llanos.

Los animales también lo están pasando mal. Tanta nieve supone menos comida y se dejan ver incluso de día.

A última hora, una imagen del Pico Oturia en las inmediaciones de Sabiñánigo con las luces del atardecer.

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